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Proyecto Lingüístico de Centro del I.E.S. Luis Vélez de guevara

Justificación de la necesidad de un PLC

Justificación de la necesidad de un PLC

El interés en el desarrollo de la competencia lingüística y las las prácticas lectoras viene reflejado en los fines y principios de la educación y en los objetivos y contenidos de las distintas etapas, como reflejan normativas e instrucciones sobre el tratamiento de la lectura para el desarrollo de la competencia lingüística, como base para el desarrollo del resto de las competencias y destrezas de nuestros alumnos y alumnas. El desarrollo de la competencia lecto-escritora (comprensión, reflexión, capacidad crítica, búsqueda de la información, análisis) es un objetivo prioritario en la educación.

Partiendo de la experiencia diaria en el aula, en la que se observa la dificultad de los alumnos y alumnas para comprender lo que leen, de organizar la información trasmitida por el texto, de los resultados obtenidos por los alumnos del Centro en las Pruebas de Diagnóstico en lo relativo a la lectura comprensiva y a la utilización de la Biblioteca como recurso marginal, se observa la necesidad de concretar un modelo que favorezca y potencie el hábito lector de nuestros alumnos. Una de las novedades de PISA 2009 fue la inclusión del compromiso con la lectura como uno de los factores que intervienen en la competencia lectora. En 2009, se incluían por primera vez en las pruebas de evaluación el compromiso individual con la lectura (la motivación, la actitud y el comportamiento) y el papel del contexto educativo en este compromiso. Cómo se midió y se mide este compromiso sería razón de otro análisis en profundidad, que podría revelar errores y proponer soluciones al margen de ofrecer cifras más o menos halagüeñas o "convenientes".

Dicho compromiso individual con la lectura se manifiesta en relación con el interés por la lectura (disposición para leer textos literarios e informativos por placer y para satisfacer la curiosidad), la autonomía para la lectura (control y auto-dirección de las propias actividades lectoras, elecciones y comportamientos), así como una interacción social que evidencie las metas sociales de la lectura y de la competencia interactiva. Este compromiso con la lectura se traduce en las prácticas de lectura de los jóvenes, es decir, en la frecuencia de participación en actividades de lectura de contenidos variados en distintos medios, donde las experiencias de lectura pueden ser muy diferentes según su finalidad:

• tener más conocimientos e información.

• tener experiencia literaria.

• llevar a cabo una tarea específica.

• obtener algún dato.

• comunicarse desde el punto de vista social.

Estas experiencias de lectura no se excluyen necesariamente, pero pueden reflejar diferencias en el modo en que los alumnos interactúan con los textos y en su grado de implicación. En los niveles más bajos de compromiso, los alumnos dedican poco tiempo a la lectura por placer o interés; mientras que en el nivel más alto, se lee mucho por placer, la lectura es valorada y considerada interesante por naturaleza y se reconoce el importante papel de la lectura en las relaciones sociales.

El contexto educativo desempeña, junto al contexto familiar, un papel crucial en el desarrollo del compromiso con la lectura. Esto es así porque el interés por la lectura y la autonomía en las prácticas lectoras se desarrolla cuando los individuos cuentan con personas significativas (importantes para ellas) que apoyan las conductas y valores relacionados con la lectura.

No puede existir una desarticulación entre el centro y el resto de la comunidad educativa, principalmente entre el centro y la familia, ya que no solo no se mantiene el orden en la transmisión cultural sino que se rechaza frontalmente por el desajuste con las pautas de vida y las relaciones interpersonales que se tienen fuera del contexto escolar[1]. Si el sistema pretende preparar a la gente joven para tomar posiciones en el mundo, debe tener en cuenta cuál es su mundo, que pocas veces tiene que ver con el ambiente artificial, aislado y ritualizado de las prácticas académicas, ofreciendo una respuesta a la necesidad de los alumnos y alumnas de aprender a pensar, actuar y sentir en su contexto. De nada o de muy poco sirve que el profesor se convierta en un animador dotado de las más excelsas cualidades morales, habilidades sociales, capacidades de interrelación o formación académica incuestionable; de poco sirve si no se ofrece algo que a los alumnos y alumnas les guste y/o les sirva para algo, al menos en una primera etapa del desarrollo de ese compromiso con la lectura.

El fomento del compromiso con la lectura en el ámbito escolar está, por tanto, condicionado por dos factores:

•La relevancia de las prácticas lectoras: el interés que tienen los textos en relación con los conocimientos y experiencias previas de los alumnos. Ello pone de relieve la importancia de la lectura en contextos en los que leer tenga sentido. Por ejemplo, en situaciones de aprendizaje en las distintas materias.

•El apoyo a la autonomía de los lectores, lo que aconseja negociar las decisiones sobre qué leer y compartir su control. No podemos olvidar en ningún caso que la dependencia, que estamos creando cada vez más en el alumnado, tiene y tendrá consecuencias sobre su vida adulta.

Pensamos que el desarrollo de la Competencia Comunicativa que se consigue con la lectura y la escritura, redunda en beneficio de los resultados en el resto de las materias, ya que implicaría capacidades y destrezas, necesarias para la etapa educativa y para la vida adulta de nuestros alumnos y alumnas, como:

• La elaboración de un guión previo a la lectura. Favoreciendo el desarrollo de la capacidad del alumno para aprender a aprender y, por ende, su autonomía personal.

• Comprensión global del texto (tanto en lo que se refiere a la identificación de las ideas principales y secundarias, como a la identificación de detalles, datos... o la diferenciación de hechos y opiniones, de aspectos reales y fantásticos.) que incluya la interpretación del contexto de la comunicación y el establecimiento de relaciones causales. Capacidad básica para el desarrollo del resto de las Competencias.

• Comprensión y uso de relaciones espaciales y temporales. Aspecto que redunda en el desarrollo de la Competencia en el conocimiento y la interacción con el mundo físico.

• Valoración del interés y relevancia del contenido. Lo que supone un desarrollo práctico de la competencia cultural y artística.

• Escucha activa, respeto de las normas de intercambio. Así como el trabajo en la expresión con ritmo, pronunciación y entonación, lo que supone un desarrollo de la competencia social y ciudadana y Emocional del alumnado.

• La presentación multimedia, a través de herramientas para el desarrollo de guías de lectura y actividades interactivas, que puedan ser usadas por los alumnos y alumnas accediendo a internet o en el aula, con sus equipos o con la pizarra digital. Incidiendo con dicho uso en el desarrollo de la competencia en el tratamiento de la información y la competencia digital.



[1] Muy útil para comprender estos aspectos la revisión de Harry Wolcott "El maestro como enemigo".